Ana  Cortés , 15 años. A su corta edad suma ya una experiencia con el el Alzheimer. Una experiencia que a pesar de ser muy dolorosa, ha enriquecido su vida, y que ahora ella quiere compartir con todos aquellos que tienen la enfermedad cerca.

 

 

MI ABUELO Y YO.

¿ Dónde  van los recuerdos de toda una vida?¿Cómo es posible olvidar a la persona que cambió tu vida para siempre? La persona que cambió la vida de mi abuelo fue mi abuela y hoy, 8 años de su muerte   , tengo la esperanza de que muy al fondo de sus recuerdos, en una caja bajo llave , esté ella.

Me queda ya una borrosa imagen de la gran persona que mi abuelo Luís fue , pero aún tengo presentes muchos momentos que han marcado mi vida para siempre.

Uno de los mejores recuerdo que tengo de mi abuela  y mi abuelo son aquellas noches en los que me tumbaba en la cama con los dos para ver la tele juntos, y mi abuelo aficionado a la magia y a hacerme rabiar  , chascaba los dedos de una mano apuntando a la tele y con el mando en la otra  la apagaba.

Mi abuelo era un experto en picarme y una de las mejores cosas de mi niñez, que añoro junto a él, son aquellas mañanas en las que  , cuando se daba la espuma de afeitar, corría detrás de mí para darme un beso y mancharme la cara. Aunque en esos momentos me enfadaba ,  hoy a mis 15 años, me encantaría que volviera a hacerlo.

 De mi abuela también conservo muy buenos recuerdos, una imagen clara. Tenía los ojos verdes y brillantes y una mancha en la mejilla   , que la hacía muy peculiar. Ama de casa, mejor que ninguna, los momentos más bonitos que recuerdo junto a ella son las tardes que pasábamos juntas, comiendo tostas  de Nocilla o aquellas noches de invierno  , en las que , para cenar me hacía una sopa que no he vuelto a comer jamás.

Mi abuela tenía diagnosticado  un cáncer de mama terminal, que, a mi parecer, por su alegría y sus ganas de vivir alargó su vida un poco más ,para morir a los 60.

El julio que cumplí 8 años, me regaló unos pendientes de oro con la silueta de un búho y una pequeña piedra brillante, que guardo con gran valor sentimental. Desde ese día no recuerdo  ninguna imagen más de ella. Ese mismo año, meses antes de morir mi abuela, a mi abuelo le diagnosticaron Alzheimer.  El destino nos volvió a unir de una manera muy diferente a la anterior, aunque mi madre y yo hacía años que no vivíamos con ellos.

Los primeros años de convivencia con mi abuelo, puede que por mi corta edad, fueron los más duros para mí. Era difícil comprender , no solo sus dudas, sino sus rabietas, como por ejemplo, aquellas en las que me mandaba a dormir a la bañera, o decía que le habíamos robado el pasillo.

Ahora   , al recordarlo , es imposible no esbozar, aunque  sea, una pequeña sonrisa.

En esos momentos ni mi madre ni yo sabíamos la futura odisea que causarían años próximos, debido a su deterioro y al ver como sus recuerdos más recientes los olvidaba   , y poco a poco, los de antaño también.

A pesar de su comportamiento difícil , he de decir que ha sido uno de los enfermos más buenos que han podido existir en el mundo entero.

Hoy en día, mi abuelo Luís está en una residencia, muy bien cuidado y con muchos mimos nuestros.

Esta ha sido una de las  experiencias    más duras y difíciles de mi vida, pero me ha enseñado muchos valores  , como la importancia de una caricia o el querer  decir de una mirada.

Aun queriendo mucho a mi abuelo, tengo que decir que es muy difícil saber que su mente haya fundido tantos años de mi vida junto a él. Aun así  , animo a todos los cuidadores , familias y personas cercanas, a cuidarles, mimarles y entenderles, porque , aunque  no nos reconozcan , nuestro cariño está presente y saben que somos alguien especial.

El Alzheimer no tiene cura, pero  quizá una dosis de paciencia, muchas de humor e infinitas de cariño , puedan curar años de tristeza.

Ana Cortés.

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3 Responses

  1. Preciosa carta la de Ana, me ha dejado sin palabras describiendo cada momento, me has hecho recordar los mejores momentos de mi vida con mi abuelo.

    Espero que algún día esta enfermedad sea solo cosa del pasado.

    Gracias!

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